
Los dos ingenieros principales de
la empresa Eiffel, Émile Nouguier y Maurice Koechlin, en junio 1884 tuvieron la
idea de una torre muy alta, diseñada como un gran pilar con 4 columnas
separadas en la base a modo de patas que se unían en la parte superior, unidas
entre sí por vigas metálicas dispuestas en intervalos regulares. La compañía
tenía dominado perfectamente el principio de los soportes de puentes. El
proyecto de la torre era una extensión de este principio con una altura de 300
metros, es decir, el equivalente a la cifra simbólica de 1000 pies de los
soportes de puentes. El 18 de septiembre de 1884 Eiffel patentó “un nuevo
diseño que permitía construir soportes y postes metálicos capaces de alcanzar
una altura superior a 300 metros”.
Para hacer el proyecto más
aceptable de cara a la opinión pública, Nouguier y Koechlin solicitaron al
arquitecto Stephen Sauvestre para que trabajara en la apariencia del proyecto.
Sauvestre propuso pedestales en
las patas recubiertos con mampostería, arcos monumentales para unir las
columnas y el primer nivel, grandes salas acristaladas en cada planta, un
diseño en forma de bulbo para la cima y otros ornamentos para adornar la
estructura en su conjunto. Por último, el proyecto se simplificó, pero se
conservaron determinados elementos como los grandes arcos de la base, que
contribuyen a darle su aspecto tan característico.